LA RESISTENCIA ANTIMICROBIANA EN LOS NIÑOS Y SU RELACIÓN CON EL USO RESPONSABLE DE ANTIBIÓTICOS

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La resistencia antimicrobiana (RAM) se presenta como un preocupante desafío a nivel mundial para la salud pública y la efectividad de los tratamientos médicos. Esta problemática implica la habilidad de microorganismos, como bacterias, virus, hongos y parásitos, para resistir los efectos de los medicamentos antimicrobianos, incluyendo antibióticos, antivirales y antifúngicos. Conforme estos microorganismos evolucionan y adquieren resistencia, la eficacia de los tratamientos se ve reducida, poniendo en riesgo la salud. Enfrentar este desafío requiere el uso responsable de los antibióticos, adhiriéndose a las directrices y recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades de salud.

 

Los antibióticos son fármacos muy eficaces que, durante las últimas décadas, han contribuido en gran medida a la reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, no se deben utilizar de forma indiscriminada sin saber qué tipo de infección o bacterias tratar.

 

Su actividad se ha extendido a la mayoría de las bacterias patógenas en los niños y su potencia ha aumentado considerablemente, mientras que sus efectos secundarios se han reducido, pero el consumo excesivo hace que las bacterias se acostumbren cada vez más a ellos y se vuelvan resistentes, lo que provoca grandes problemas en el tratamiento de algunas enfermedades comunes.

 

Esto se puede evitar teniendo mucho cuidado en su uso, los antibióticos no son necesarios en las enfermedades infecciosas, ya que son ineficaces contra los virus que son los organismos que causan el 80% de las infecciones en los niños.

 

El mal uso y la utilización inapropiada de los antibióticos han demostrado ser factores determinantes en el desarrollo y diseminación de la resistencia antimicrobiana. Cuando los antibióticos son empleados incorrectamente, como en dosis inadecuadas o durante periodos de tiempo demasiado cortos, o cuando son utilizados para tratar infecciones virales que no responden a los antibióticos, los microorganismos pueden sobrevivir y generar resistencia.

 

Las infecciones que resisten a los medicamentos se tornan más complicadas de tratar, pudiendo dar lugar a enfermedades más severas, tasas de mortalidad aumentadas y mayores costos en el sistema de atención médica.

 

Adoptar una actitud responsable en el uso de antibióticos en tus pequeños es esencial para combatir la resistencia antimicrobiana y para preservar la eficacia de estos medicamentos. La OMS y otras instituciones de salud han enfocado sus esfuerzos en educar a profesionales médicos, pacientes y al público en general sobre la importancia de utilizar antibióticos de manera adecuada y solamente cuando sean necesarios. Algunas medidas fundamentales incluyen:

 

-       Uso Adecuado: Los antibióticos deben ser utilizados únicamente bajo la prescripción de profesionales de salud cualificados y para tratar infecciones bacterianas. No son efectivos contra infecciones virales, como el resfriado común o la gripe.

 

-       Duración Completa del Tratamiento: Completar el ciclo completo de tratamiento con antibióticos, incluso si los síntomas mejoran antes, es esencial. Interrumpir el tratamiento prematuramente puede permitir la supervivencia y multiplicación de bacterias resistentes.

 

-       Dosificación Correcta: Tomar la dosis adecuada en los intervalos establecidos garantiza la efectividad del tratamiento y reduce la posibilidad de desarrollar resistencia.

 

-       Evitar la Compartición y Automedicación: No se deben compartir antibióticos con otras personas y es crucial evitar la automedicación con antibióticos sin la supervisión de un profesional de la salud.

 

 

El uso excesivo de antibióticos puede tener un impacto en el sistema inmunológico debido a su efecto en la microbiota o flora intestinal. La microbiota intestinal es una comunidad diversa de microorganismos, incluyendo bacterias beneficiosas, que habitan en el tracto gastrointestinal y desempeñan un papel crucial en la salud humana, incluyendo la función inmunológica.

 

Cuando se utilizan antibióticos de manera excesiva, estos medicamentos pueden matar no solo las bacterias patógenas que están causando una infección, sino también las bacterias beneficiosas que componen la microbiota intestinal. Esto puede llevar a un desequilibrio en la microbiota, conocido como disbiosis. La disbiosis puede afectar la función inmunológica de varias maneras:

 

·      Disminución de la diversidad bacteriana: Una microbiota saludable es diversa y equilibrada. La disminución de esta diversidad puede afectar negativamente la regulación del sistema inmunológico.

 

·      Aumento de la susceptibilidad a infecciones: La microbiota intestinal desempeña un papel importante en la defensa contra invasiones de microorganismos patógenos. La disbiosis puede hacer que el cuerpo sea más susceptible a infecciones, ya que las bacterias beneficiosas compiten con los patógenos por espacio y nutrientes.

 

·      Regulación inmunológica alterada: La microbiota influye en la regulación del sistema inmunológico, ayudando a evitar respuestas inmunológicas excesivas o inapropiadas. La disbiosis puede conducir a respuestas inmunológicas desequilibradas, lo que puede aumentar el riesgo de alergias, enfermedades autoinmunes y otros trastornos inmunológicos.

 

·      Inflamación: La disbiosis puede contribuir a la inflamación crónica de bajo grado en el cuerpo. La inflamación crónica está relacionada con diversas enfermedades, incluyendo enfermedades autoinmunes, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos.

 

Es importante recordar que los antibióticos son herramientas esenciales para tratar infecciones bacterianas y salvar vidas, pero su uso debe ser apropiado y prudente para evitar el desarrollo de resistencia bacteriana y los efectos negativos en la microbiota intestinal y la salud inmunológica. Siempre es recomendable seguir las indicaciones médicas y evitar automedicar con antibióticos a los más pequeños. En casos de infecciones leves o víricas que no requieren antibióticos, es fundamental permitir que el sistema inmunológico funcione naturalmente para combatir la infección o ayudar a mejorar su funcionamiento con productos naturales.

 

Para abordar esta problemática, es crucial educar a los padres sobre el uso adecuado de antibióticos, la importancia de completar los tratamientos recetados y la prevención de infecciones a través de medidas de higiene efectivas. La resistencia bacteriana es un problema que afecta a todas las edades, pero su impacto en los niños es especialmente crítico debido a su vulnerabilidad y a las consecuencias a largo plazo para su salud y bienestar.

 

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